sábado, 17 de marzo de 2012

DEL COMPLOT A LA GLORIA

DEL COMPLOT A LA GLORIA


La figura de Rafael Leonidas Trujillo, el recio gobernante que cayó abatido la noche del 30 de mayo del año l961, se mantiene en buena parte cubriéndonos como fantasma tutelar, debido a la enraizada vigencia que todavía tienen sus mas señalados modos.
Aun vivimos el trujillismo como cultura socio-política, a pesar de que ha transcurrido mas de una generación desde aquella trágica ocurrencia, que pudo haber sido el inicio para una transformación profunda en el pueblo dominicano, no solo en lo político y social, sino también en su proceder ético.

De sus métodos en el ejercicio del poder, apenas ha desparecido a plenitud el sometimiento que impuso a sus gentes; la privación de libertades públicas y el encarcelamiento o asesinato que practicaba el régimen para casi todos aquellos que disentían de su política.

La otra característica que encarnó aquel poderoso caudillo influye en la vida nacional de manera inocultable. El autoritarismo, la rapacidad que identificó aquel titán en la acumulación de fortuna, la mentira política y de Estado y la simulación, son hábitos que se han extendidos desde la desaparición de aquel hombre que fue considerado paradigma de esas conductas.

Un régimen tan anonadante como el trujillista tenía por fuerza que provocar repudio y rebeldía. algo que realmente sucedía en determinados y contados núcleos en el curso de aquel aplaudido y largo mandato del ditirambo desmedido y la abyección más nauseabunda. Todos se mantuvieron arrodillados ante aquel señor feudal. Unos por el temor, otros por el otorgamiento de seguridad económicas y prestigio social y por el fanatismo abrumador de un pueblo que ha dado sobradas muestras de haber nacido con la decencia atrofiada, como bien conocía aquel hombre de hierro, cuando en la intimidad, sentenciaba que “no creo en los dominicanos, porque se venden con solo ofrecerles un arenque”, expresión lapidaria que escuchamos de los cáusticos labios de su hijo Ramfis, en una visita que le hiciéramos mientras nos encontrábamos en Madrid, poco antes del trágico accidente automovilístico que sufrió, a cuya consecuencia perdió la vida.

Para el año en que ocurrió el magnicidio, dos núcleos que se encontraban en plena actividad conspirativa terminaron fusionándose en una unidad de la que emergió una célula de siete hombres decididos a suprimir físicamente aquel semidiós enloquecido. Sobre la eliminación de Trujillo existe una bibliografía de importancia a la que se agrega ahora un nuevo libro que recoge en forma prolija, sin subordinarse el autor a sus prenociones, la gran aventura conspirativa que culminó con el atentado fatal para el gobernante.

En una narrativa ágil, el lector se sumerge en aquella intrépida trama y participa con los bizarros señores de la conjura. Penetra en los detalles de aquel entorno íntimo y familiar, codeándose con todos aquellos que de una forma u otra se vieron envueltos en tan amedrentador proyecto.

La obra a que nos referimos, cuyo título encabeza este artículo, ofrece al lector un trabajo bibliográfico en el que el autor, Luis Estrella M., rinde homenaje a su padre y a quienes fueron sus compañeros de sacrificios. Creemos que este aporte literario viene a contribuir como útil herramienta a un mayor y más amplio conocimiento sobre aquel hecho que figura como hito señero en la historia doméstica.

El autor, sin sacrificar la objetividad describe la intensa labor para llevar a efecto la peligrosa urdimbre y enriquece su narración con un trasfondo cálido y emotivo en que flotan los fuertes vínculos filiares y de amistad fraterna entre los conjurados. El lector se ve sumergido en el hondo espíritu de lealtad y sacrificio que galvanizó entre sí a esos hombres y sus familias, envueltos en aquel aterrador compromiso de honor que habían asumido como una obsesión.

“Salvador Estrella S., Del Complot a la Gloria”, por su valor testimonial, deberá constituirse en complemento indispensable a todo lo que hasta ahora se ha escrito sobre aquellos estremecedores acontecimientos, y además, porque alimenta notablemente el tema con la aportación que ofrece de datos antes inéditos.

La seriedad que reviste la obra, a nuestro juicio, le da carácter de material obligado de consulta para todo cuanto se relacione con el apasionante, trágico e inacabado hecho histórico que constituyó la muerte de Trujillo.

Periódico HOY,
Mayo 23, 1998
DEL COMPLOT A LA GLORIA


La figura de Rafael Leonidas Trujillo, el recio gobernante que cayó abatido la noche del 30 de mayo del año l961, se mantiene en buena parte cubriéndonos como fantasma tutelar, debido a la enraizada vigencia que todavía tienen sus mas señalados modos.
Aun vivimos el trujillismo como cultura socio-política, a pesar de que ha transcurrido mas de una generación desde aquella trágica ocurrencia, que pudo haber sido el inicio para una transformación profunda en el pueblo dominicano, no solo en lo político y social, sino también en su proceder ético.

De sus métodos en el ejercicio del poder, apenas ha desparecido a plenitud el sometimiento que impuso a sus gentes; la privación de libertades públicas y el encarcelamiento o asesinato que practicaba el régimen para casi todos aquellos que disentían de su política.

La otra característica que encarnó aquel poderoso caudillo influye en la vida nacional de manera inocultable. El autoritarismo, la rapacidad que identificó aquel titán en la acumulación de fortuna, la mentira política y de Estado y la simulación, son hábitos que se han extendidos desde la desaparición de aquel hombre que fue considerado paradigma de esas conductas.

Un régimen tan anonadante como el trujillista tenía por fuerza que provocar repudio y rebeldía. algo que realmente sucedía en determinados y contados núcleos en el curso de aquel aplaudido y largo mandato del ditirambo desmedido y la abyección más nauseabunda. Todos se mantuvieron arrodillados ante aquel señor feudal. Unos por el temor, otros por el otorgamiento de seguridad económicas y prestigio social y por el fanatismo abrumador de un pueblo que ha dado sobradas muestras de haber nacido con la decencia atrofiada, como bien conocía aquel hombre de hierro, cuando en la intimidad, sentenciaba que “no creo en los dominicanos, porque se venden con solo ofrecerles un arenque”, expresión lapidaria que escuchamos de los cáusticos labios de su hijo Ramfis, en una visita que le hiciéramos mientras nos encontrábamos en Madrid, poco antes del trágico accidente automovilístico que sufrió, a cuya consecuencia perdió la vida.

Para el año en que ocurrió el magnicidio, dos núcleos que se encontraban en plena actividad conspirativa terminaron fusionándose en una unidad de la que emergió una célula de siete hombres decididos a suprimir físicamente aquel semidiós enloquecido. Sobre la eliminación de Trujillo existe una bibliografía de importancia a la que se agrega ahora un nuevo libro que recoge en forma prolija, sin subordinarse el autor a sus prenociones, la gran aventura conspirativa que culminó con el atentado fatal para el gobernante.

En una narrativa ágil, el lector se sumerge en aquella intrépida trama y participa con los bizarros señores de la conjura. Penetra en los detalles de aquel entorno íntimo y familiar, codeándose con todos aquellos que de una forma u otra se vieron envueltos en tan amedrentador proyecto.

La obra a que nos referimos, cuyo título encabeza este artículo, ofrece al lector un trabajo bibliográfico en el que el autor, Luis Estrella M., rinde homenaje a su padre y a quienes fueron sus compañeros de sacrificios. Creemos que este aporte literario viene a contribuir como útil herramienta a un mayor y más amplio conocimiento sobre aquel hecho que figura como hito señero en la historia doméstica.

El autor, sin sacrificar la objetividad describe la intensa labor para llevar a efecto la peligrosa urdimbre y enriquece su narración con un trasfondo cálido y emotivo en que flotan los fuertes vínculos filiares y de amistad fraterna entre los conjurados. El lector se ve sumergido en el hondo espíritu de lealtad y sacrificio que galvanizó entre sí a esos hombres y sus familias, envueltos en aquel aterrador compromiso de honor que habían asumido como una obsesión.

“Salvador Estrella S., Del Complot a la Gloria”, por su valor testimonial, deberá constituirse en complemento indispensable a todo lo que hasta ahora se ha escrito sobre aquellos estremecedores acontecimientos, y además, porque alimenta notablemente el tema con la aportación que ofrece de datos antes inéditos.

La seriedad que reviste la obra, a nuestro juicio, le da carácter de material obligado de consulta para todo cuanto se relacione con el apasionante, trágico e inacabado hecho histórico que constituyó la muerte de Trujillo.

Periódico HOY,
Mayo 23, 1998