viernes, 10 de diciembre de 2010

ROQUE DALTON

Roque Dalton, es uno de los poetas más importantes de El Salvador y demás pueblos centroamericanos. El reconocimiento a su obra poética alcanza a los círculos de toda América. Fue asesinado el 10 de mayo de l975, tras ser encontrado culpable en juicio a que fue sometido por la dirigencia del Ejército Revoluci0onario del Pueblo (ERP)., movimiento político al cual pertenecía.

Ese hecho fue un pesado fardo que tuvo que cargar aquella agrupación y que luego se extendió al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), cuando bajo esa dirección se unificaron los varios grupos de izquierda para abrir un frente de lucha armada en El Salvador contra su gobierno..

La forma y causa de la muerte de este poeta, le han rodeado del martirologio y ha so brevenido el mito, como suele contecer con ciertas trágicas ocurrencias políticas, que en su caso, le habrán contrariado mucho en el más allá, por haber sido opuesto a esas canonizaciones, como el dijo a la muerte de su compañero, el escritor Otto René Castillo, con expresiones que tanto se ajustan a su propia y trágica desaparición: “Su afán de vivir intensa y apasionadamente le cobró su precio frente a la severidad de sus camaradas. El motivo más importante de citar este aspecto es el de salvarlo de el riesgo de pasar a la historia como un santón, como uno de esos personajes planos a que nos tiene acostumbrado el apologismo póstumo…”

El poeta Dalton fue ejecutado cuando sólo le faltaban cuatro días para cumplir cuarenta años. Su vida había sido intensa y rica en experiencias. A los dieciocho años viajó a Chile para estudiar Derecho y su espíritu inquieto nada más le permitió permanecer allí once meses. Viajó a la Unión Soviética, en ocasión del Festival de la Juventud y regresó a El Salvador en el mismo año 1974. Se registró en la cátedra de Derecho de la Universidad Nacional y allí creó el Círculo Literario Universitario.

Se dedicó al periodismo y hasta llegó a abrazarse con la muerte cuando fue detenido por asociarse a los grupos desafectos al régimen del presidente José María Lemús. Le salvó del paredón de fusilamiento, la caída oportuna de ese gobernante. Entonces viajó a México y mas tarde a Cuba, donde echó raíces profundas. Trabajó en Radio Habana, La Casa de las Américas y en la Unión de Artistas Cubanos; además produjo dos libros: “Mía junto a los Pájaros” y “La Ventana en el Rostro”: “Querido Jorge: Yo llegué a la revolución por la vía de la poesía. Tu podrás llegar (si lo deseas, si sientes que lo necesitas) a la poesía por vía de la revolución. Tienes por lo tanto una ventaja. Pero recuerda, si alguna vez hubiese un motivo especial para que te alegre mi compañía en la lucha, que en algo hay que agradecérselo a la poesía”.

En el año l963, regresó de forma oculta a su patria y un año después fue detenido. Escapó de la prisión cuando un terremoto afectó la cárcel de Cojutepeque, donde lo mantenían prisionero y por eso logró huir. Regresó a La Habana y luego se trasladó a Europa, donde permaneció por unos años. En el año l973 regresó de nuevo al El Salvador.. Su vida trashumante y aventurera concluye cuando recibe instrucciones de integrarse al quehacer subversivo en su patria. El poeta había llegado a la edad en que las utopías comienzan a desvanecerse en el individuo cuando la vida le hace comprender “que no se puede bajar el cielo a la tierra”, como aspirábamos: “que la vida sólo nos puede dar un poco y eso sucede poco a poco”.

En conversaciones con algunas personas que fueron sus amigos, me confiaron que el poeta comenzaba a mostrar escepticismo, desencanto y cierta irreverencia ante el fanatismo y rigor ideológico de sus compañeros, por lo que fue dejando acumular sedimentos de desconfianza hacia él entre sus compañeros del ala más radical del partido político al que estaban unidos.

Su tendencia a la dipsomanía y renuencia por ajustarse a las rígidas normas disciplinarias del grupo a que pertenecía fueron haciéndole sujeto de cuestionamiento en aquellos momentos en que la rectitud y apego a lo más fiel de la doctrina marxista llegaba al límite, por encontrarse las agrupaciones subversivas en la antesala de su gran momento.

Las dudas sobre la lealtad y entrega del poeta a la causa que representaba el FRP, flotaba como una sombra ominosa sobre su laureada cabeza, hasta que al fin le fue levantado juicio por “insoburdinación e indisciplina”; además de “espía de una potencia extranjera”, que se dio por descontado que esa potencia lo era los Estados Unidos de Norteamérica, pues en las acusaciones le incluyeron ser “agente de la CIA”, etiqueta inescapable en la izquierda de entonces para aquellos camaradas que podían ser disidentes o haber perdido el entusiasmo ideológico. Pero según la tesis de su amigo, el escritor cubano Heberto Padilla, tal potencia pudo haber sido Cuba, pues según éste, el asesinato de Roque Dalton, “se debió a una fuerte tensión entre la posición sectorial de la guerrilla salvadoreña y la más pragmática del gobierno cubano”

“Tal vez ya no estaré frente a los vientos./ (no lo puedo decir sin que me tiemble la flor de la sonrisa) / Tal vez se habrá extraviado mi figura y ya mi pecho erecto será espacio de ascendientes raíces./ Tal vez yo no estaré, tal vez ya estaré muerto./ Mas cuando llegue, cuando fructifique, cuando estalle la dicha y esparza sus dinámicos retornos por el mundo mi voz, mi altura y yo volveremos a ser porque mis huesos navegarán alegres los pasos conquistados como nuevos bajeles”

Al término del conflicto bélico por vía de la imposición de los Acuerdos de Paz, el fantasma del poeta ejecutado surgió para reclamar a quienes decidieron su absurdo y estéril sacrificio. Ya, dos años después de su muerte, el propio FRP había reconocido que “el pragmatismo, la miopía, la sed de poder y control individual y el excesivo militarismo había llevado a trágicas consecuencias para la organización”. Joaquín Villalobos, quien para la fecha en que fue fusilado el poeta, recién había llegado a esa organización y contaba unos veinte años de edad y más tarde, sobresaldría como uno de sus principales comandantes guerrilleros y por demás fue no de los artífices de los acuerdos que pusieron término la lucha armada, aceptó su “responsabilidad política” de aquel “error histórico”, aun cuando se desligó de haber tenido alguna relación directa con la muerte de Roque Dalton..

El Volcán de San Salvador produjo a principios de este siglo que termina, una correntada de lava que se desbordó desde su cráter hacia el lado opuesto a la ciudad capital. Hoy día, se observa en el valle que por ese lado existe, un amplio espacio cubierto por pedruscos de color gris oscuro, casi negro, porosos y livianos, como recuerdo de aquella erupción ocurrida hace casi noventa años. Toda la zona que contiene esa roca volcánica la llaman “El playón” y a su lado corre una estrecha carretera asfaltada que conduce al pueblo de Quezaltepeque, desde el oriente de San Salvador.

Los días domingo, particularmente, la zona se torna festiva por los muchos vehículos que, desde la capital se dirigen al velódromo “El Jabalí”, ubicado en aquel valle, para disfrutar de competencias deportivas de autos. Allí, debajo de esas piedras, reminiscencias del volcán que ahora está dormido, entre mayo y junio del año de su sacrificio fue llevado el cadáver del poeta Dalton y enterrado de forma rápida y furtiva a pocos centímetros de la superficie, debido a lo cual los animales se encargaron de que sus restos se perdieran para siempre.

“Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre porque se detendrá la muerte y el reposo/ Tu voz que es la campana de los cinco sentidos/ Sería el tenue faro buscando por mi niebla/ Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas/ Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta/ No dejes que tus labios hallen mis once lenguas/ Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio/ No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto/ Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre”.



Revista Temas, del periódico HOY,
17 de enero de l998

Fuentes: “En la Humedad del Secreto”,
CONCULTURA, 1994, San Salvador, El Salvador,
El Diario de Hoy, ediciones 6-2-1992/ 17-7-1994

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